Artedehoy Teoría e Historia
jueves, 14 de marzo de 2024
martes, 27 de agosto de 2019
ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD
Lo nuevo de Tarantino es lo que fue Roma para Alfonso Cuarón, su visión de
una época mirada con nostalgia y argucia, por lo tanto no habría que esperar
que los hechos históricos que se citan en la película representaran la
realidad, el director nos deja en claro que es su versión, su propio cuento al
titularla “Érase una vez…”, es así que no tendríamos que asombrarnos por el
final (no haré spoiler), pero es el sello de Tarantino, siempre logra sorprendernos.
Por Carola Arriagada / Teórica del arte
Crítica de cine ONCE UPON A TIME IN HOLLYWOOD
U. de Chile. Stgo, Chile.
U. de Chile. Stgo, Chile.
La
historia transcurre a fines de los años sesenta, el protagonista es Rick Dalton -interpretado espléndidamente por Leonardo DiCaprio-, Rick es un actor de western que cruzó
los cuarenta años y se encuentra al borde de la decadencia, alcohólico y
solitario, intenta seguir vigente en un Hollywood que está cambiando. Aquí el
personaje que representa su doble llamado Cliff Booth, es interpretado por Brad
Pitt de forma impecable, más que su doble es su amigo leal, y aunque
aparentemente es un personaje secundario, ambos son protagonistas.
Habría
que destacar la estética general de la película, un año 1969 recreado de forma
magistral; la ciudad, las calles, los autos, letreros, vestuario, todo posee
un arte que me imagino disfrutarán más los que tuvieron la oportunidad de vivir
en esa época.
Es
así como Tarantino se toma su tiempo para contemplar las locaciones y desplegar
diálogos que en ocasiones no queda claro hacia donde conducen, por ratos hay
escenas que se sientes lentas y aletargadas, sin embargo, el guión se sostiene
gracias a las actuaciones que son soberbias.
Debo
decir que todas las recreaciones de las series y películas donde actúa el actor
protagonista encarnado por DiCaprio son sobresalientes, como Tarantino trabajó
y cuidó la estética visual de cámara antigua de TV es impresionante, todo convence
completamente.
El personaje
de Margot Robbie que representa a la actriz Sharon
Tate (víctima de los Manson en la matanza de 1969), parece nada más que un
decorado, si bien es importante en la trama, sus escenas son escasas y
superficiales, Tarantino retrata bien un estereotipo de mujer superficial de
esa época que solo su belleza la sustenta.
Debo decir que esperaba la intensidad que sentí con otras películas del director, pero es satisfactorio que nos muestre el lado B de una industria que de lejos se ve perfecta y llena de glamour.
lunes, 4 de marzo de 2019
AT ETERNITY'S GATE
Hay ocasiones legendarias, como cuando un director de cine que es además pintor, decide dirigir una biopic de un genio de la pintura. Este director ya se había inspirado anteriormente con la historia de otro artista, Basquiat, el pintor underground de la década de los ochenta.
Por Carola Arriagada / Teórica del arte
Crítica de cine AT
ETERNITY'S GATE
U. de Chile. Stgo, Chile.
Julian Schnabel nos entrega su interpretación de los últimos días de Van
Gogh, con sagacidad a la imagen de genio atormentado que tenemos de Vincent, le
agrega la lucidez del artista que en las profundidades de su ser, se autoreconoce
fuera de época. Así el director consigue envolvernos en la atmósfera estética
de los cuadros del artista, los tomas panorámicas de los campos donde Van Gogh
se adentra buscando inspiración, la cámara en perspectiva personal, consiguen envolvernos
en su ambiente místico, luego las angustias del genio de la pintura,
interpretados magistralmente por Willem Defoe, consiguen empaparnos de la
sensación de desolación y dolor psíquico del artista.
Los personajes secundarios nos
evocan imaginariamente las imágenes de las pinturas, como el representado por Emmanuelle
Seigner, cabe destacar las interpretaciones de Oscar Isaac como Gauguin y Rupert Friend como el hermano Theo.
Hay varios momentos en el
drama que se podrían comentar, donde el carácter de Van Gogh interpretado con
excelencia por Defoe nos envuelve melancólicamente, pero me quedaré con el diálogo
de Vincent y el cura (Mads Mikkelsen)
que lo visita en el manicomio, donde el guión de
Schnabel, Louise Kugelberg y Jean-Claude Carrière, nos lleva a lugares insospechados, como la
comparación de Jesús de Nazaret con el artista, debo
agregar, -con una base real histórica-, creando una conversación delirante de
antología.
Una muerte con otra interpretación, da al final un aporte que lejos de
disolver la imagen del artista, lo humaniza aun más, entregándonos los más
noble sentimientos de un hombre atormentado por su propia mente, abrazando su
destino, la luminiscencia de quien se sabe genio y se rinde ante la eternidad.
viernes, 31 de agosto de 2018
Esferas de hormigón
Caminando por
el Barrio Bellas Artes en el centro de Santiago, nunca me llamaron la atención
varias esferas de hormigón que se encontraban en la vereda sur por la calle Monjitas
a la altura de Mosqueto.
Por Carola Arriagada / Teórica del Arte
Ensayo Arte y Espacio Público
U. de Chile. Stgo, Chile.
Ensayo Arte y Espacio Público
U. de Chile. Stgo, Chile.
Hace algunos
años las esferas se asomaron en el entorno de la calle al ser intervenidas,
siendo pintadas de diferentes colores. Observe a un niño pequeño queriendo
tomar una en sus brazos y vi a sus padres sonrientes diciéndole que no se
podía, que era muy pesada. También me
percaté de una pareja que estaban agachados con un plumón dibujando un rostro
sobre otra de ellas. Las esferas pasaron de su estado pueril a destacarse y
crear una interacción con los transeúntes. Pronto el diseño de cada una se
convirtió en una creación colectiva, cada día se había agregado un pequeño grafiti,
dibujo o mancha que alguien había dejado como registro de su paso por ese
lugar, era un imaginario colectivo orgánico. Los colores que habían sido
pintados en un inicio parecían haber iniciado un accionar gráfico de los ciudadanos cada vez que podían. Otro día vi
un turista, que deduje que lo era no sólo por su fisonomía (rubio de ojos
claros), si no por su vestimenta, porque andaba con pantalón corto y chalas en
pleno invierno santiaguino, el anotó algo en una de las bolas de cemento, me
agaché a mirar su anotación, decía: I
loved the color of this country, la percepción de quien solo está de paso,
pensé.
Pronto las
esferas de hormigón tenían cada una un rostro con una sonrisa diferente, los
colores con el tiempo fueron destiñéndose y los dibujos y grafitis borrándose
entre la lluvia y el smog de Santiago. Ayer pasé por calle Monjitas, ahí
habitan férreas las esferas, una tenía un stencil rosado que decía: Ni una menos, más allá otra tenía pegada
un afiche de propaganda de una fiesta electrónica, parecía que cada una de
ellas era un planeta, como los mundos que cohabitan en Santiago, cuerpos
psíquicos de lo cotidiano, huellas personales y colectivas, desde la banal como
la entretención, hasta la sustancial como las luchas sociales actuales.
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