viernes, 24 de junio de 2016

Mestizo / Identidad, resistencia y prácticas manuales

Mestizo es un proyecto colectivo que articula asuntos de identidad, artesanía y cultura. El curador de la muestra Cristián Velasco, aborda la problemática tomando la cavilación de Freud sobre la cultura, al señalar –en el año 1930– que la globalización traería consigo ciertos efectos, que sin duda producirían un gran malestar y las consecuencias más importantes podrían ser precisamente la “crisis de identidad” y los “procesos de segregación”.

A partir de esta reflexión situada en el siglo XX, el curador formula preguntas contingentes sobre el arte y la cultura en el contexto local del siglo XXI. Al enunciar las preguntas ¿Qué clase de objeto perdido es el objeto de identidad? y ¿Cuáles son los aspectos que nos identifican y son capaces de construir una presencia única como cultura, como país? Nos permite abrir el diálogo acerca de la identidad frente a la globalización, así exploramos una mixtura sociocultural, que en el aspecto formal conlleva un oficio de factura artesanal.
Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.
Esta muestra nos formula una gran pregunta, con dos aspectos fundamentales en el arte; por un lado lo discursivo detrás de la obra y, por otro, la labor como medio de expresión, en este caso la “materialidad” que posee una concepción que nos habla por sí misma; además de la realización de la obra como proceso artesanal. Siendo la pregunta que suscita, sobre nuestra identidad.
Nos enfrentamos a diferentes discursos tanto locales como globales, esto sería de alguna manera un claro reflejo de la globalización en la que nos encontramos sumergidos pero de una forma sociológica, se devela un aspecto reconocido ampliamente como latinoamericano y por lo tanto también local, que es el trabajo artesanal, el manejo de materiales desde lo precario y la manualidad primordial para crear obra de arte. Si bien se incorporan elementos de la modernidad (por ejemplo, la artista Cecilia Vicuña utiliza el medio audiovisual), el trabajo artístico está conformado por el oficio y labor artesanal.

Magdalena Atria
Elisa Aguirre trabaja con materiales como madera, cartón, cuero, caucho y otros, generando un “diálogo entre la materialidad y los procedimientos”. Observamos sus obras representadas en el formato clásico “cuadro” experimentando la tridimensionalidad con los volúmenes. Magdalena Atria presenta Sólidos platónicos, una obra que se compone de cinco volúmenes de mimbre con plinto de madera; son figuras geométricas perfectas –definidas así por Platón–, con las cuales nos lleva a la reflexión sobre polígonos perfectos realizados en material orgánico perecedero. Victor Hugo Bravo –utilizando la madera, plásticos y objetos encontrados, ensamblados con cinta de embalaje y tornillos, pintados a mano de color negro–, presenta una obra generada después de una pasantía en Medellín, con elementos que se constituyen como una armaduría del artificio, cuya precariedad alcanza el espesor de algo real. La denuncia se hace evidente, frente a la violencia que se observa y se quiere simular en esta obra que logra crear una verosimilitud visual a través el oficio artístico. Por otro lado, pero manteniendo la madera como punto de encuentro entre estos artistas, Matías Camus recolecta fragmentos de las esquirlas de la memoria que los bosques han diseminado; así crea Naturaleza ancestral de esculturas en madera, aquí observamos el trabajo entramado que enriquece el material y nos evoca patentemente la naturaleza de su procedencia. También Martín Kaulen trabaja, a través de diferentes cortes, composiciones de figuras geométricas como cuadrados, círculos y semicírculos, generando obras que conciben una bi y tridimensionalidad que denomina Arbórea. Todo esto como hallazgo del quehacer y juego de indagar combinaciones que proyecten el pensamiento geométrico-abstracto. Una forma tamizada y pulcra de trabajar el material.


Matías Camus
En tejidos, la artista Catalina Bauer trabaja con algodón, en un minucioso destorcer de los hilos para así tejerlos nuevamente, de otra manera, dándoles un sentido nuevo. En este placer del deshacer y el hacer, observamos la necesita de tomar el material como elemento voluble, que permite resignificar nuevas formas a través de su transformación manual. Por otro lado, Víctor Espinoza, borda con lana y algodón sobre tela, realizando cruces entre el dibujo, la pintura, el grabado y la gráfica. Probablemente, sea una de las obras de la muestra que más ejemplifica el oficio artesanal, al construir una obra empalmando los materiales con diversos punteos con lana.Paula Subercaseaux muestra su obra Leve, realizada en crin de caballo, los cuales poseen el simbolismo de guardar –en cada punto– el tiempo, formando un interior de vientres huecos, una materialidad que vive de nuevo en estas formas realizadas artesanalmente. El Colectivo Ofrenda Al Agua, por otra parte, presenta un bordado sobre tela, realizado el año 2001, cuando Patricia Cepeda inicia el oficio artesanal de bordar, e invita a Verónica MorenoCarola González, Soledad Cristi y Judith Mollohuanca, entre otras bordadoras; con su trabajo la tela adquiere carácter relacional y valor patrimonial, sobre todo al ser llevada a distintos países de Latinoamérica y siendo intervenida por diferentes artistas. Aquí se evidencia la relación de un oficio artesanal tan arraigado en nuestra cultura como el bordado, vinculado generalmente a la labor femenina dentro de las manualidades artesanales.




Víctor Espinoza
El papel como materialidad, es abordado por Pamela Cavieres, quien expone Origamis pegados al muro obra que, a través de la manipulación de pliegues de papeles impresos con fotografías, proyecta un imaginario de fragmentos, reflexionando así sobre la identidad nacional. La artista expone un tema actual, la recurrente inmigración a la que ha sido expuesto nuestro país en el último tiempo. Y también por Andrés Iturri, quien trabaja con papel maché, creando una serie de objetos hechos a partir de hallazgos arqueológicos, simulando piezas de exhibición, creando figuras de orfebrería falsas, utilerías que pasarían como verdaderas en un contexto museológico. El ojo del espectador es engañado, no solo por el buen manejo del artista con el material, si no por el contexto de exposición, que evoca las piezas propias del museo, así se crea un simulacro de obras que cuestionan la verosimilitud del objeto museológico.



Pamela Cavieres


La artista visual Rosario Perriello crea un Banquete monocromo, conformado por objetos construidos con greda cruda, cuya génesis comienza con una noticia del año 2009: en Haití para paliar la hambruna, un grupo de pobladores comenzó a realizar una mezcla de aceite vegetal, agua, sal y barro para producir galletas comestibles, motivación principal para que la artista emprenda una investigación entre lo no comestible y lo comestible. La obra denuncia una descarnada realidad a través de una alegoría exuberante. En la misma línea matérica, Catalina Ramírez exhibe Redondo, obra que está realizada en cerámica, bambú e hilo de algodón, con partes realizadas en arcilla y rescatadas de la comuna de Nacimiento y quemadas con leña proveniente de un sector cordillerano, también de la región del Bío-Bío. Nuevamente el oficio manual se conjuga con los elementos de exposición, entregando al espectador el artificio de obras de simulación.
Rosario Perriello

Finalmente, Cecilia Vicuña presenta un video llamado El quipu menstrual. Obra que ha sido exhibida en diferentes latitudes del mundo y que denuncia un desastre ecológico, concebida como performance de un vínculo ancestral, donde se articula el paisaje y la labor artística de la autora. La obra bajo un medio audiovisual, revela un hecho que a su vez se potencia por la precariedad del oficio artesanal, creando un énfasis que subyace como condición de nuestra identidad cultural.
Los discursos se potencian con el proceso artesanal, observamos como el lenguaje de la materialidad potencia la representación, génesis e inquietud del proyecto discursivo. De alguna forma se devela que nuestra identidad estaría conformada por este modus operandi de concebir obra de arte, con recursos muchas veces precarios, que crean un sub-texto o sub-lenguaje en la obra. Observamos que las prácticas manuales están al servicio del discurso, separándose de la habitualidad de lo que llamamos artesanía, la que posee un distintivo funcional-estético y no necesariamente discursivo. Aquí se presentan cuestiones de oficio, ejecución, visualidad e intelectualidad, todo dentro de la hermenéutica acerca de nuestra identidad cultural. Las preguntas quedan planteadas en un inicio ¿Qué clase de objeto perdido es el objeto de identidad? y ¿Cuáles son los aspectos que nos identifican y son capaces de construir una presencia única como cultura, como país? de estos planteamientos surgirán nuevas preguntas, y esa es la labor del arte contemporáneo.
La exposición Mestizo despliega diversas cavilaciones, denuncias, materialidades y oficios.

www.arteallimite.com