jueves, 15 de septiembre de 2016

La emergencia del pop / Irreverencia y calle en Chile

Durante la década de los sesenta se desarrollan un conjunto de cambios y transformaciones en los ámbitos económico, social y cultural a nivel global. Entre ellos, la alianza temporal entre capitalismo liberal y socialismo. La unión de estas ideologías resultó paradójica, pero permitió un nuevo orden geo-político en Europa, del que sin duda destaca la guerra fría, que finaliza el año 1989 con la caída del Muro de Berlín. Estos antecedentes son fundamentales para entender los años posteriores a la segunda guerra mundial. La estabilización de la vida cotidiana, producto de la reconstrucción de la vida psicológica y económica (plan Marshall) de la post-guerra, además de otros factores, posibilitaron que en los años sesenta se originara una clima de distensión en la sociedad, un escape de optimismo, propio de sociedades que se sobreponen a situaciones traumáticas, como lo es la guerra. Sin embargo, comienzan a producirse diferentes acontecimientos sociales en diversas partes del mundo, surgen focos y estallidos revolucionarios.

Por Carola Arriagada / Teórica del arte

En América, la Revolución Cubana da comienzo a la década de los sesenta cumpliendo con el sueño y utopía de muchos, al remover el capitalismo de la isla. Sin duda la Revolución Cubana abrió la brecha para la proliferación de diversos movimientos sociales en Latinoamérica, transformándose en un paradigma de lucha con cualquier atisbo de dominación, estos movimientos estaban comprometidos con el pueblo, buscaban fundar estándares sociopolíticos que se vincularan con los sectores más postergados de la sociedad. En Latinoamérica se comienza a formular una ambición de desarrollo político, social y económico más autónomo, ya que en los cincuenta la mayoría de las economías en América Latina dependían de la exportación de materias primas.



En el ámbito artístico, al inicio de la década de los sesenta el arte popular o pop art se instruye en Inglaterra y EE.UU., este arte elevó y utilizó los objetos más banales de la vida cotidiana para realizar obras, este estilo evocaba la cultura de masas, la prensa sensacionalista, la propaganda y publicidad gráfica, el cine, la fotografía y el diseño. Los artistas se enfrentaron al influjo de imágenes masivas con la penetración constante de la televisión, así sus obras representaron un mundo de “imágenes de las imágenes”. Es importante señalar, que este arte permitió una cercanía con el público, éste después de enfrentarse a la abstracción -la cual exigía deducir un lenguaje complejo y hasta cierto punto elitista-, delante del pop art, las personas interactuarán con objetos cotidianos y familiares, observando un mundo de fácil comprensión.


Entre los años 1964 y 1973 en Chile surgieron una multiplicidad de obras de arte, propias de un periodo de cambios socio-culturales, los artistas buscaron nuevas formas de expresión, desmarcandose la habitualidad de formatos de la academia, indagando nuevas representaciones en campos muy variados, aparecen objetos cotidianos del mundo pop, se experimenta con la materialidad y modos expresivos. Esta expansión práctica se ve reflejada en las obras creativas, que parecen no seguir una definida estética, sino más bien una inagotable tentativa artística. Después del arte pop, surgieron variados formas artísticas, por un lado el realismo seguía existiendo -en este sentido la fotografía se incorpora para interactuar con otras técnicas del arte-, y por otro, un sector artístico comienza a experimentar con producciones como el land art, así, el arte cada vez se intelectualiza más.

Bajo este contexto, esta muestra conlleva inquietudes locales, emergencias diversas, donde las artes visuales se articulan con la literatura y la música, y las obras seriales del grabado son llevadas a veces al limite entre arte y publicidad. Es una exposición de un periodo efervescente en el aspecto local, se refleja un testimonio del escenario político-social, así se mezclan elementos de la cultura cotidiana y popular, y se observa la creatividad artística con potentes discursos ideológicos y políticos.

Se puede destacar la obra de Valentina Cruz, con un alto espíritu crítico, se vela su formación en Nueva York en medio de transformaciones del sistema capitalista, siendo testigo de la productividad industrial, la artista trabaja con materiales manufactureros como el látex, para así expresar sus sensibilidades respecto a las mutaciones del lenguaje corporal, recreando con su obra una clasificación del cuerpo humano.

También en la literatura, tanto en la prosa como en la poesía encontramos el recurso del sarcasmo y la sátira para representar la escena local. Observamos libros como objeto-diseño-artístico. Un prototipo es el libro de poesía de Guillermo Deisler, donde advierte en su inicio “permitida su reproducción”, y en su interior solo contiene una palabra por página: desate, corte, arranque, consuma. La publicidad y criterios de consumo de masas, utilizados en una sátira visual como crítica irreverente al sistema imperante. 

También encontramos en esta muestra, la obra de Matta, el cual hace frente a esta nueva realidad epocal, manifestando su reflexión en los grabados con escenas compuestas en viñetas, con las figuración propia del artista describe sarcásticamente la situación política ideológica, con diálogos que advierten “hay que tener una madre revolución y un padre rebelión”, la ironía propia del artista en imágenes y diálogos como “tiene capitalitis infecciosa” o en la máxima “Ven seremos”.

La obra de Cecilia Vicuña llamada “Biombo: casita para pensar que situación real me conviene”, es un objeto cotidiano llevado al contexto artístico, pintado completamente con escenas cotidianas. El biombo es la reflexión de la artista que se pregunta ¿debo abandonar mi vida cotidiana?, así comienza el manifiesto respecto a esta obra. Continúa reflexionando, ¿debo hacerme vagabundo, guerrillero, funcionario de gobierno, cantante de rock, bonzo, yippie?. “Ponga usted su cara en cada espejo y medite sobre su aspecto en ésta situación o en aquella. Cuando usted reconozca que su felicidad aumenta, convierta sus dudas en realidad, abandone su casa y hágase actor de sus sueños”.


El carácter reflexivo de la obra de arte parece haber llegado a su punto más álgido, los artistas de la muestra se desmarcan de las estéticas convencionales, llevando los limites del arte a un territorio más difuso, creando nuevas preguntas y cuestionamientos.

Artistas: Francisco Brugnoli, Gregorio Berchenko, Valentina Cruz, Guillermo Deisler, Virginia Errázuriz, Carlos Flores del Pino, Patricia Israel, Roberto Matta, Guillermo Núñez, Alberto Pérez, Hugo Rivera-Scott y Cecilia Vicuña. Autores: Ariel Dorfmann y Armand Mattelart, Enrique Lihn, Juan Luis Martínez, Fernán Meza  María Inés Solimano (editora).

https://www.arteallimite.com/2016/08/la-emergencia-del-pop-irreverencia-y-calle-en-chile/


viernes, 24 de junio de 2016

Mestizo / Identidad, resistencia y prácticas manuales

Mestizo es un proyecto colectivo que articula asuntos de identidad, artesanía y cultura. El curador de la muestra Cristián Velasco, aborda la problemática tomando la cavilación de Freud sobre la cultura, al señalar –en el año 1930– que la globalización traería consigo ciertos efectos, que sin duda producirían un gran malestar y las consecuencias más importantes podrían ser precisamente la “crisis de identidad” y los “procesos de segregación”.

A partir de esta reflexión situada en el siglo XX, el curador formula preguntas contingentes sobre el arte y la cultura en el contexto local del siglo XXI. Al enunciar las preguntas ¿Qué clase de objeto perdido es el objeto de identidad? y ¿Cuáles son los aspectos que nos identifican y son capaces de construir una presencia única como cultura, como país? Nos permite abrir el diálogo acerca de la identidad frente a la globalización, así exploramos una mixtura sociocultural, que en el aspecto formal conlleva un oficio de factura artesanal.
Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.
Esta muestra nos formula una gran pregunta, con dos aspectos fundamentales en el arte; por un lado lo discursivo detrás de la obra y, por otro, la labor como medio de expresión, en este caso la “materialidad” que posee una concepción que nos habla por sí misma; además de la realización de la obra como proceso artesanal. Siendo la pregunta que suscita, sobre nuestra identidad.
Nos enfrentamos a diferentes discursos tanto locales como globales, esto sería de alguna manera un claro reflejo de la globalización en la que nos encontramos sumergidos pero de una forma sociológica, se devela un aspecto reconocido ampliamente como latinoamericano y por lo tanto también local, que es el trabajo artesanal, el manejo de materiales desde lo precario y la manualidad primordial para crear obra de arte. Si bien se incorporan elementos de la modernidad (por ejemplo, la artista Cecilia Vicuña utiliza el medio audiovisual), el trabajo artístico está conformado por el oficio y labor artesanal.

Magdalena Atria
Elisa Aguirre trabaja con materiales como madera, cartón, cuero, caucho y otros, generando un “diálogo entre la materialidad y los procedimientos”. Observamos sus obras representadas en el formato clásico “cuadro” experimentando la tridimensionalidad con los volúmenes. Magdalena Atria presenta Sólidos platónicos, una obra que se compone de cinco volúmenes de mimbre con plinto de madera; son figuras geométricas perfectas –definidas así por Platón–, con las cuales nos lleva a la reflexión sobre polígonos perfectos realizados en material orgánico perecedero. Victor Hugo Bravo –utilizando la madera, plásticos y objetos encontrados, ensamblados con cinta de embalaje y tornillos, pintados a mano de color negro–, presenta una obra generada después de una pasantía en Medellín, con elementos que se constituyen como una armaduría del artificio, cuya precariedad alcanza el espesor de algo real. La denuncia se hace evidente, frente a la violencia que se observa y se quiere simular en esta obra que logra crear una verosimilitud visual a través el oficio artístico. Por otro lado, pero manteniendo la madera como punto de encuentro entre estos artistas, Matías Camus recolecta fragmentos de las esquirlas de la memoria que los bosques han diseminado; así crea Naturaleza ancestral de esculturas en madera, aquí observamos el trabajo entramado que enriquece el material y nos evoca patentemente la naturaleza de su procedencia. También Martín Kaulen trabaja, a través de diferentes cortes, composiciones de figuras geométricas como cuadrados, círculos y semicírculos, generando obras que conciben una bi y tridimensionalidad que denomina Arbórea. Todo esto como hallazgo del quehacer y juego de indagar combinaciones que proyecten el pensamiento geométrico-abstracto. Una forma tamizada y pulcra de trabajar el material.


Matías Camus
En tejidos, la artista Catalina Bauer trabaja con algodón, en un minucioso destorcer de los hilos para así tejerlos nuevamente, de otra manera, dándoles un sentido nuevo. En este placer del deshacer y el hacer, observamos la necesita de tomar el material como elemento voluble, que permite resignificar nuevas formas a través de su transformación manual. Por otro lado, Víctor Espinoza, borda con lana y algodón sobre tela, realizando cruces entre el dibujo, la pintura, el grabado y la gráfica. Probablemente, sea una de las obras de la muestra que más ejemplifica el oficio artesanal, al construir una obra empalmando los materiales con diversos punteos con lana.Paula Subercaseaux muestra su obra Leve, realizada en crin de caballo, los cuales poseen el simbolismo de guardar –en cada punto– el tiempo, formando un interior de vientres huecos, una materialidad que vive de nuevo en estas formas realizadas artesanalmente. El Colectivo Ofrenda Al Agua, por otra parte, presenta un bordado sobre tela, realizado el año 2001, cuando Patricia Cepeda inicia el oficio artesanal de bordar, e invita a Verónica MorenoCarola González, Soledad Cristi y Judith Mollohuanca, entre otras bordadoras; con su trabajo la tela adquiere carácter relacional y valor patrimonial, sobre todo al ser llevada a distintos países de Latinoamérica y siendo intervenida por diferentes artistas. Aquí se evidencia la relación de un oficio artesanal tan arraigado en nuestra cultura como el bordado, vinculado generalmente a la labor femenina dentro de las manualidades artesanales.




Víctor Espinoza
El papel como materialidad, es abordado por Pamela Cavieres, quien expone Origamis pegados al muro obra que, a través de la manipulación de pliegues de papeles impresos con fotografías, proyecta un imaginario de fragmentos, reflexionando así sobre la identidad nacional. La artista expone un tema actual, la recurrente inmigración a la que ha sido expuesto nuestro país en el último tiempo. Y también por Andrés Iturri, quien trabaja con papel maché, creando una serie de objetos hechos a partir de hallazgos arqueológicos, simulando piezas de exhibición, creando figuras de orfebrería falsas, utilerías que pasarían como verdaderas en un contexto museológico. El ojo del espectador es engañado, no solo por el buen manejo del artista con el material, si no por el contexto de exposición, que evoca las piezas propias del museo, así se crea un simulacro de obras que cuestionan la verosimilitud del objeto museológico.



Pamela Cavieres


La artista visual Rosario Perriello crea un Banquete monocromo, conformado por objetos construidos con greda cruda, cuya génesis comienza con una noticia del año 2009: en Haití para paliar la hambruna, un grupo de pobladores comenzó a realizar una mezcla de aceite vegetal, agua, sal y barro para producir galletas comestibles, motivación principal para que la artista emprenda una investigación entre lo no comestible y lo comestible. La obra denuncia una descarnada realidad a través de una alegoría exuberante. En la misma línea matérica, Catalina Ramírez exhibe Redondo, obra que está realizada en cerámica, bambú e hilo de algodón, con partes realizadas en arcilla y rescatadas de la comuna de Nacimiento y quemadas con leña proveniente de un sector cordillerano, también de la región del Bío-Bío. Nuevamente el oficio manual se conjuga con los elementos de exposición, entregando al espectador el artificio de obras de simulación.
Rosario Perriello

Finalmente, Cecilia Vicuña presenta un video llamado El quipu menstrual. Obra que ha sido exhibida en diferentes latitudes del mundo y que denuncia un desastre ecológico, concebida como performance de un vínculo ancestral, donde se articula el paisaje y la labor artística de la autora. La obra bajo un medio audiovisual, revela un hecho que a su vez se potencia por la precariedad del oficio artesanal, creando un énfasis que subyace como condición de nuestra identidad cultural.
Los discursos se potencian con el proceso artesanal, observamos como el lenguaje de la materialidad potencia la representación, génesis e inquietud del proyecto discursivo. De alguna forma se devela que nuestra identidad estaría conformada por este modus operandi de concebir obra de arte, con recursos muchas veces precarios, que crean un sub-texto o sub-lenguaje en la obra. Observamos que las prácticas manuales están al servicio del discurso, separándose de la habitualidad de lo que llamamos artesanía, la que posee un distintivo funcional-estético y no necesariamente discursivo. Aquí se presentan cuestiones de oficio, ejecución, visualidad e intelectualidad, todo dentro de la hermenéutica acerca de nuestra identidad cultural. Las preguntas quedan planteadas en un inicio ¿Qué clase de objeto perdido es el objeto de identidad? y ¿Cuáles son los aspectos que nos identifican y son capaces de construir una presencia única como cultura, como país? de estos planteamientos surgirán nuevas preguntas, y esa es la labor del arte contemporáneo.
La exposición Mestizo despliega diversas cavilaciones, denuncias, materialidades y oficios.

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miércoles, 4 de mayo de 2016

Divina Travesía

Nacido en Santiago, Alfredo Echazarreta es pintor, grabador y escultor, estudió dibujo y pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Santiago. Posteriormente entre 1966 y 1970 realizó sus estudios de Arquitectura en la Universidad Católica de Valparaíso.
En 1970 dejó Chile para viajar por Europa con largas permanencias en París, Londres, Amsterdam y Florencia; entre 1971 y 1972 se estableció en Nueva York, Estados Unidos, donde pintó y participó en exposiciones colectivas. En 1972 volvió a París, lugar donde instaló su primer taller donde permaneció por más de 35 años.
Su experiencia internacional lo ha llevado a realizar exposiciones individuales en Alemania, Francia, Japón y Chile y ha recibido encargos para espacios públicos y privados, entre otros, un mural en Amiens, un mural para el Salón “Cultura Latina” en el Grand Palais de París y la fachada del “Théàtre des Chimères” en Metz. También su talento ha sido reconocido en el extranjero recibiendo el premio que otorga la Fundación Taylor, una institución norteamericana que promueve el arte en todo el mundo.

Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.

Retomando los viajes en la pintura e inspirados directamente en los devenires de su  vida el artista Alfredo Echazarreta presenta este año en abril quince pinturas en gran formato que tienen como fuente de inspiración  el Dante en su Divina Comedia. “La conjunción de mis viajes en la pintura de la Divina Comedia y de las travesías de Valparaíso, me llevaron a imaginar esta “Divina Travesía”: Serie de pinturas que mantiene la estructura de las tres etapas: el infierno, el purgatorio, para llegar al cielo de la Ciudad imaginada, soñada y siempre esperada, la que tenemos todos en nuestro horizonte. Tres momentos, tres climas, tres colores en este viaje, donde el amor es el motor y fin último de todo viajero”, aclaró.
Alfredo en su regreso a Chile después de casi 40 años en Francia, ha producido un gran cambio en su obra predominando hoy la línea y simplificando el color; creando así una pintura más significativa y narrativa.

El talento de Alfredo Echazarreta lo ha llevado a realizar exposiciones individuales en diversos países como Alemania, Francia y Japón, asimismo ha realizado obras para espacios públicos y privados, como es el mural en Amiens, además el mural para el salón “Cultura Latina” en el Grand Palais de París, y la fachada del Théàtre des Chimères en Metz. Su obra ha sido reconocida en el extranjero, prueba de esto fue el premio otorgado por la fundación Taylor, institución norteamericana que fomenta el arte en todo el mundo.
La exposición Divina Travesía contempla diversas pinturas que tienen como fuente de inspiración el Dante en su Divina Comedia. Es el origen de nuestra cultura, de alguna forma el poema fundador, Dante otorgó las imágenes del cristianismo, imágenes arquetípicas. Pero la inspiración de Alfredo Echazarreta, tiene que ver con algo más personal, con sentirse interpretado por el viaje permanente, advertir su origen –una familia de emigrantes vascos–, observar diferentes etapas de su vida, y finalmente su vuelta a Chile, todo esto corroborando su travesía como permanente viajero.

El artista le dio vida a esta serie de obras pensando en tres etapas: el infierno, el purgatorio y el cielo de la ciudad imaginada. Echazarreta destaca estos tres momentos, que son tres climas, tres colores en este viaje, donde al amor es el motor y fin último de todo viajero.
Esta exposición ya fue exhibida en el Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia durante todo el verano reciente, de diciembre 2015 a marzo 2016. Fue allí donde Cristián Warnken se enfrentó a esta inspiración visual, que lo hizo escribir el texto para el catálogo de la exposición que se realizará en la galería Artespacio.

Son la composición, la mancha, la separación de la línea del color, los fondos planos propios de la modernidad, los que crean una atmósfera única y particular de las obras de esta muestra, se presenta la pintura con su eternidad, como nos señala Echazarreta: la pintura con su técnica es “aquello” que no pasa de moda. Otra característica interesante de mencionar es el texto de los títulos de las obras incorporados en las mismas imágenes, acentuando así la significación simbólica, como nos dice el artista: “le da otra dimensión a la obra, una poética que es dada gran parte por la palabra”.
Cristián Warnken, comenta en el texto de la muestra: “Echazarreta cerró los ojos y, más que ilustrar, soñó La Divina Comedia”. La invitación está abierta para soñar y embarcarse en una Divina Travesía.

jueves, 24 de marzo de 2016

Ojo Rojo | Nuevo Espacio de Arte

Ojo Rojo es un espacio de arte recientemente inaugurado. Se encuentra en el edificio Transoceánica, el proyecto fue gestionado por el artista y abogado Gonzalo Sánchez y el curador y cineasta Manuel Basoalto. La primera exposición, es una muestra colectiva de arte geométrico y cinético, donde es homenajeada la obra de Matilde Pérez.

Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.

Ojo Rojo no es estrictamente una galería, como nos señala Manuel Basoalto, el leitmotiv del proyecto es ser un agente importante en la difusión del arte como herramienta educativa, además de aportar un espacio expositivo para el arte contemporáneo.
Esta propuesta se encuentra en el edificio institucional de Transoceánica, emplazado en Avenida Santa María de Manquehue, comuna de Vitacura, y dialoga en perfecta armonía con los conceptos de sustentabilidad y eficiencia energética, que definen la génesis del inmueble recientemente galardonado.
El edificio Transoceánica, alberga las empresas de la familia de origen alemán Schiess, es una compañía de inversiones de capitales privados, su interés son inversiones, desarrollos inmobiliarios, hotelería y turismo, es fundamental para ellos hacer un aporte a la comunidad a través de inversiones en los sectores sociales y culturales, un destacado ejemplo es la creación del Teatro del lago, a orillas del Lago Llanquihue en Frutillar, X región, por eso no es de extrañar que en su centro operativo se haya incorporado un espacio para las artes visuales.

La primera muestra tiene como artista central a Matilde Pérez, la precursora en América latina del arte cinético, es una manera de homenajearla, recorriendo la huella que dejó en muchos artistas posteriores, es una muestra colectiva donde congenian varias generaciones dentro de la esfera de los movimientos de arte cinético y geométrico.
Además de Matilde Pérez, se puede apreciar en 100 metros cuadrados, obras de connotados artistas como: Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez y Julio Le Parc, entre otros. Es un paseo por casi cuarenta obras de artistas consagrados de diferentes generaciones, y algunos artistas jóvenes destacados emergentes, por ejemplo se puede apreciar las obras de Juan Carlos Correa y el Mono Lira, un artista premiado en Feria Ch.ACO 2015.
Otro aspecto significativo de esta primera muestra es el libro Conversaciones en el jardín, que en el marco de esta exposición, Manuel Basoalto presentó. Este libro es un importante aporte al conocimiento de la obra de Matilde Pérez, donde se resume los diálogos que sostuvo el autor con la artista, sobre su vida, técnica y pensamiento artístico. Una edición limitada, que ha sido bien recibida y apreciada por el público.

Luego de un ambicioso y óptimo inicio, la exposición por la cual se renovará la muestra, será por la obra del destacado artista chileno, Roberto Matta. Sin duda un estándar alto en el circuito del arte de nuestro país, pero no por eso alejado de todo tipo de público, Manuel Basoalto nos reitera las intenciones de que Ojo Rojo sea un espacio no solo expositivo, sino más bien educativo, contribuir así al desarrollo del pensamiento creativo. Para esto están focalizados en el rol social que este proyecto conlleva, se programa llevar el conocimiento tanto práctico como teórico del arte en forma transversal a la sociedad. Se llevarán a cabo diferentes talleres prácticos, además de conferencias teóricas, todos en forma gratuita, íntegramente para entregar un aporte al conocimiento del arte contemporáneo a nuestra sociedad. Se quiere llegar a diversos sectores de la sociedad; como estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidades.

Tanto el artista y abogado Gonzalo Sánchez, como el curador y cineasta Manuel Basoalto, posee una vasta experiencia y expertiz en el arte, Basoalto conoce bien el circuito mundial y la gestión necesaria para realizar proyectos como este. Ojo Rojo comienza a ser parte del espacio de las artes visuales chilena, la muestra colectiva de arte geométrico y cinético, donde es homenajeada la obra de Matilde Pérez estará abierta al público hasta el mes de abril.

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