Nacido
en Santiago, Alfredo Echazarreta es pintor, grabador y escultor, estudió dibujo
y pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Santiago.
Posteriormente entre 1966 y 1970 realizó sus estudios de Arquitectura en la
Universidad Católica de Valparaíso.
En
1970 dejó Chile para viajar por Europa con largas permanencias en París,
Londres, Amsterdam y Florencia; entre 1971 y 1972 se estableció en Nueva York,
Estados Unidos, donde pintó y participó en exposiciones colectivas. En 1972
volvió a París, lugar donde instaló su primer taller donde permaneció por más
de 35 años.
Su
experiencia internacional lo ha llevado a realizar exposiciones individuales en
Alemania, Francia, Japón y Chile y ha recibido encargos para espacios públicos
y privados, entre otros, un mural en Amiens, un mural para el Salón “Cultura
Latina” en el Grand Palais de París y la fachada del “Théàtre des Chimères” en
Metz. También su talento ha sido reconocido en el extranjero recibiendo el
premio que otorga la Fundación Taylor, una institución norteamericana que
promueve el arte en todo el mundo.
Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.
Por Carola Arriagada. Teórica del arte / Chile.
Retomando
los viajes en la pintura e inspirados directamente en los devenires de
su vida el artista Alfredo Echazarreta presenta este año en abril quince
pinturas en gran formato que tienen como fuente de inspiración el Dante
en su Divina Comedia. “La conjunción de mis viajes en la pintura de la
Divina Comedia y de las travesías de Valparaíso, me llevaron a imaginar esta
“Divina Travesía”: Serie de pinturas que mantiene la estructura de las tres
etapas: el infierno, el purgatorio, para llegar al cielo de la Ciudad
imaginada, soñada y siempre esperada, la que tenemos todos en nuestro
horizonte. Tres momentos, tres climas, tres colores en este viaje, donde el
amor es el motor y fin último de todo viajero”, aclaró.
Alfredo
en su regreso a Chile después de casi 40 años en Francia, ha producido un gran
cambio en su obra predominando hoy la línea y simplificando el color; creando
así una pintura más significativa y narrativa.
El
talento de Alfredo Echazarreta lo ha llevado a realizar exposiciones
individuales en diversos países como Alemania, Francia y Japón, asimismo ha
realizado obras para espacios públicos y privados, como es el mural en Amiens,
además el mural para el salón “Cultura Latina” en el Grand Palais de París, y la fachada
del Théàtre des Chimères en
Metz. Su obra ha sido reconocida en el extranjero, prueba de esto fue el premio
otorgado por la fundación Taylor, institución norteamericana que fomenta el
arte en todo el mundo.
La
exposición Divina Travesía contempla
diversas pinturas que tienen como fuente de inspiración el Dante en su Divina
Comedia. Es el origen de nuestra cultura, de alguna forma el poema fundador,
Dante otorgó las imágenes del cristianismo, imágenes arquetípicas. Pero la
inspiración de Alfredo Echazarreta, tiene que ver con algo más personal, con
sentirse interpretado por el viaje permanente, advertir su origen –una familia
de emigrantes vascos–, observar diferentes etapas de su vida, y finalmente su
vuelta a Chile, todo esto corroborando su travesía como permanente viajero.
El artista le dio vida a esta serie de obras pensando en tres etapas: el infierno, el purgatorio y el cielo de la ciudad imaginada. Echazarreta destaca estos tres momentos, que son tres climas, tres colores en este viaje, donde al amor es el motor y fin último de todo viajero.
Esta
exposición ya fue exhibida en el Museo de Arte
Contemporáneo de Valdivia durante todo el verano reciente, de
diciembre 2015 a marzo 2016. Fue allí donde Cristián Warnken se enfrentó a esta
inspiración visual, que lo hizo escribir el texto para el catálogo de la
exposición que se realizará en la galería Artespacio.
Son la composición, la mancha, la separación de la línea del color, los fondos planos propios de la modernidad, los que crean una atmósfera única y particular de las obras de esta muestra, se presenta la pintura con su eternidad, como nos señala Echazarreta: la pintura con su técnica es “aquello” que no pasa de moda. Otra característica interesante de mencionar es el texto de los títulos de las obras incorporados en las mismas imágenes, acentuando así la significación simbólica, como nos dice el artista: “le da otra dimensión a la obra, una poética que es dada gran parte por la palabra”.
Cristián Warnken, comenta en el texto de la
muestra: “Echazarreta cerró los ojos y, más que ilustrar, soñó La Divina
Comedia”. La invitación está abierta para soñar y embarcarse en una Divina Travesía.